jueves, 17 de septiembre de 2015

 Universo propio


Alguien dijo una vez, que sí había algo fascinante que tenían los Beatles,  era que nunca se sabía con que se iban a venir. Que cada disco era distinto. Coincido absolutamente y agrego, que además,  todos son geniales. 
Con Gabriella Capucci ocurre lo mismo. Nunca vamos a saber de antemano que novedades vamos a encontrar. Pero al igual que con The Beatles, que todos sus discos están buenos, en esta boutique todas las colecciones también lo están.
Vivo en el barrio de recoleta, donde está la boutique y soy su asidua visitante. Cual adolescente de otras épocas en las que varias veces a la semana visitábamos nuestros lugares favoritos fueran boutiques, disquerías, tiendas de misceláneas, cumplo a rajatabla con esta visita. Aunque podamos estar al tanto de todas las novedades por instagram, facebook o twitter, visitar la boutique es un verdadero deleite. Es sumergirse en un clima de romanticismo, alegría, desenfado, provocación, refinamiento, osadía, y diversión, todo a la vez. Porque este es el espíritu de esta tienda genial. Nada es absoluto, nada es plano. No alcanza con un solo adjetivo para describir a la marca. En un post sobre Gaultier decía que no me gusta lo plano para nada. Esos diseñadores o artistas que más allá de tener un determinado estilo se repiten una y otra vez, o que podemos definir sus diseños con una sola palabra: clásico, elegante, sobrio, etc. Me gustan aquellos diseñadores, como es Geraldine Koncar, que son varias cosas a la vez. Creo que es lo que hace que un artista sea inimitable. Porque creo que hasta el estilo a veces puede ser imitable. Hay varios diseñadores que tal vez tengan un estilo propio, pero no una estética propia. No se concibe a esta boutique como no sea con su diseñadora a la cabeza. Gabriella Capucci es igual a Geraldine Koncar y viceversa: Geraldine es Gabriella Capucci.















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