miércoles, 9 de abril de 2014

Filosofía

Hoy pensaba en lo estándar. Aquello que nunca sale de lo común, que no experimenta mayores cambios y que nunca nos sorprende. Tal vez tenga el pro, de brindarnos una sensación de seguridad (para mí bastante falsa),  de no conllevar demasiado riesgo.
Prefiero la inseguridad, el riesgo. Porque creo que siempre es mucho más valioso y merece más la pena aventurarse, apostar a lo diferente, a lo original a lo genuino, a lo inesperado. Puede salir bien o puede salir mal. No lo sabemos. Pero creo que esa es justamente una de las facetas más interesantes que tiene la vida. Nunca sabemos cuándo nos puede salir todo mal, pero tampoco cuando, repentinamente, todo sale bien.
La vida es dinámica, es movimiento, es cambio, todo el tiempo. Y no en una línea recta siempre hacia adelante. Es movimiento y cambio en todas las direcciones: para adelante para atrás, hacia arriba, hacia abajo, hacia los costados.
Entre la “seguridad” que puede brindar lo estándar y lo emocionante que puede resultar lo distinto, elijo lo segundo.
Una vez dije que la vestimenta era un lenguaje y me contestaron que eso, en todo caso, era para mí, que la gente tan solo se vestía y ya.
A  partir de ese momento surgió la idea de hacer un blog acerca del tema, de la moda en general.
Y este blog, poco a poco va creciendo y se expande, y ya no es sólo sobre moda, sino que también será sobre deco, arte, viajes, música, y que se yo qué más.
Pero siempre con la filosofía de no ser estándar. No creo en eso, es un  concepto al cual nunca adherí y sigo sin hacerlo. Me gustan las individualidades, lo original, lo que se destaca.

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